Del siglo XX

en Alem da Lenda - Montevideo 1997

Dedicado a todos aquellos compañeros y compañeras
anónimas de madrugadas perdidas de 1997 - 1998



El arte de olvidarte



Tu voz
revisitó hoy mi recuerdo
e invadió
mis rincones más secretos.
Tu nombre
rozó mi pensamiento
y cuando se posó en mis labios
lloré
mientras las letras iban pasando.
Los días se han ido lejos
como se fue el invierno
Setiembre me encuentra
con las mismas preguntas
y estas flores tísicas
que quizás mañana
ya no estén.

Demasiado tarde
para volver al juego
demasiado temprano
para olvidarte
para esperar la lluvia
como aquella entre tus manos
cuando escapabas riendo
hacia tu silencio.
Pero no puedo
sepultar tantos recuerdos
tengo un lápiz y un cuaderno
tengo esta primavera
que golpeando en mi ventana
me distrae
por suerte me distrae...

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Hasta luego



No me mandes
flores en Agosto
prefiero el recuerdo
en fotografías.

No sabrás del dolor
hasta el día que lo adviertas
debajo de la piel
hasta la noche
en la que te raspe
pacientemente los huesos
a la hora
en que cierran las farmacias
y las madres duermen.

No me mandes
flores en Agosto
aún no quito
tus letras de mi espejo.

Tu adiós
sigue siendo el “buen día”
que amanece a mi lado
y se duerme abrazándome
mientras reímos
y olemos a alcohol.

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La Poesía



Antiinflamatorios
para el golpe
del siglo
aspirinas
por si suenan las alarmas
antialérgicos
cuando aparecen las dudas

barbitúricos
por si la noche…

Curanderos
si ya no hay explicación
masajistas
para este rompecabezas,
psiquiatras
con linternas en el apagón.


Golpeo puertas
hurgo en las farmacias
saco número
pero los doctores
aún no tienen la receta
para este dolor
de alma.

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Poema del reencuentro




Volvió la palabra
la que estuvo naufragando
durante tanto tiempo.
Ayer mis ojos
miraron hacia adentro
y la encontraron descansando
a orillas de mi pecho.
Volvió la palabra
y en minutos
mis manos sonámbulas
y la tinta
poblaron el cuaderno de lugares
en los que nunca estuve
contaron historias casi reales
como las que pudieron ser
y pintaron en cada poema
mujeres de las que pasan
sin detenerse
mujeres que no tienen rostro.

Ayer volvió la palabra
y en realidad
ya no importaría si supieras
que me gusta estar vivo.


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Epitafio



Por todas las verdades
que crea una mentira
por todos los muros
derribados a tiempo,
a la salud de las pastillas
que cada noche
nos regalan el sueño.

Por todos los niños
echados de la infancia
por la mosca
que bebe de mis lágrimas
y vuelve al cadáver sin sed.

Por los que algún día
se despertarán felices
por los felices
y su agonía inconsciente.

Por vos
y por todo esto
es que dejo grabado
mi epitafio
para que mañana
cuando alguien lo encuentre
ya no sostenga
que todo tiempo pasado
fue mejor.


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Poema del trapecio


Cuando la calma falta sin aviso
y mis manos tiemblan
involuntariamente.

Cuando el pecado
es el vuelto
que le debo a la vida
y la cama
una heladera de dos plazas

escribo.

Cuando el tiempo pasa lento
y mis ojos
se cuelgan hasta la esquina
en la espalda de alguien.

Cuando el teléfono
es un adorno más
y ya no hay razones
para abrir la puerta y librarla de golpes

escribo.

Cuando nadie acude
al improvisado desvelo
y la misma película
se repite en mi mente
una y otra vez

¿ Qué otra cosa podría hacer ?

Sin embargo
cuando me detengo en su mirada
y sus ojos se saben invadidos
cuando la U en sus labios
tarda pero llega
entonces sé que aún vivo
porque el temblor es la urgencia
porque su piel se acerca
y mis latidos...
Su piel
esa tibia autopista
para mis dedos veloces.


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Rojo


Ahora que pasó
el temporal
y arrasó con todo
ahora que el orgullo
cayó herido a tu costado.

Ahora que el alumno
está en penitencia
y ya no juega más
con la maestra,
quemarías mis poemas?
me olvidarías?
o simplemente
me regalarías
cinco minutos más…

Cuando no fui toro
fui matador
y cuando no quise herir
fui los dos

pero a estas alturas
el tendido
no acepta empates.

Qué otra cosa
esperabas de éste
al que ya no le duele
más que el cansancio

más que la sangre
sobre el tapiz negro
sobre la arena húmeda
de tus ojos.


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Hoy



Entre margaritas deshojadas
en noches de locura
entre tapas de libros
rasgadas de impaciencia
dejé olvidado
el poema del presente.
Una madrugada
tendí mis manos
para alcanzar el recuerdo
y desmigué tanto pasado
sobre las camas en desorden
donde flotábamos sin rumbo
ni futuro.

Los días recobrarán sentido
mientras se sirvan pacientemente
del olvido.
Entonces llegarán otras tardes
a ofrecer orgullosas
sus zócalos rosados
como prólogos sutiles
de las nuevas noches.

Hoy tuve que secarme las lágrimas
con el mismo pañuelo
hoy tuve que cruzarme
con el que un día fui
y aunque no quería
volvimos a hacerlo,
hablamos de vos.


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Posiblemente



Podría descifrar

la combinación exacta

de palabras

que desnudaran la vergüenza

podría hacerlo.


Podría ponerme a gritar

tu nombre en cada esquina

sin necesidad

de tensar las venas

podría hacerlo.


Podría desentenderme

de este absurdo programa

de preguntas y respuestas

de la necesidad de verte

podría hacerlo.


Podría dar vuelta

de una vez por todas

esta fotografía y olvidarte

pero ahora no estoy seguro,

todavía no.