2006 II

Onírico II

Desde la niebla
alguien me dijo
que él estaría allí

cerré el libro
vestí mi ropa de domingo
y corrí.

Las manos temblorosas
al abrir la puerta

- no hay misterio
el milagro es ahora -

pero cómo no iba a creer
que lo encontraría
si creo en los pájaros
y hasta en el vuelo de las mariposas.

No lo vi en la fiesta
sólo había otros

iguales que yo

como en visitas de cárcel
desesperados

buscando a otros
al hijo
al marido
al hermano.

Lo reconocí al salir

en el cruce de miradas

cuando la bomba de neutrones
barrió la escenografía
y lloramos

no de tristeza ni de alegría
simplemente lloramos
mientras me decía al oído
y no,
lo que tengo olvidado

lo que voy buscando
en la espesura
del poema.